Resultados finales

25.10.07 8 Comments

Ya, se acabó la encuesta. Aquí el sesudo análisis final.

De los hombres:

El 66% prefiere que sus parejas hagan otras cosas, que a ellos no les interesan, mientras ven el fútbol. Sabia actitud, que busca optimizar el uso del tiempo, a la vez que hacer el quite a actividades aburridas.

Al 27% le gusta que su pareja hinche por el equipo, acompañándolos en su afición. Loable actitud, aunque con el riesgo ya descrito de discutir debido a las interrupciones constantes en la concentración necesaria para estos menesteres.

Apareció, increíble y aparentemente, un masoquista -equivalente a un 5% del total- que prefiere que su pareja lo hinche a él. A mí me suena a fémina infiltrada, qué quieren que les diga. No puedo creer que haya un hombre en su sano juicio que vote por esta opción.

De las mujeres:

El 42% prefiere hacer cosas que a su pareja no le interesan. Sabiduría pura y simple.

A otro 42% le gusta hinchar por el equipo, acompañando a su pareja. Bien por ellas, siempre que no interrumpan, ya está dicho, el ambiente necesario para estos efectos.

Un sádico 4% -en el que, ya lo confesó, se incluye mi amada cónyuge- se decanta por hinchar a su pareja mientras él, muchas veces infructuosamente, intenta disfrutar del espectáculo deportivo. Mi compasión para con mis compañeros de destino, y mi repudio a esta actitud 8no a quienes la practican, claro, no vaya a ser cosa...).

Como dato general, participaron muchas más mujeres que hombres. ¿Serán más las féminas que los machos recios visitando este lugar? ¿Será que las damas son más interactivas que los varones? Son todas hipótesis válidas, que espero dilucidar en parte en la siguiente (anti) encuesta. Vaya mi reconocimiento a la Fran, por proponer esta encuesta.

Resultados parciales

23.10.07 9 Comments

Tal como se hace en la Teletón (que este año tenemos nuevamente, ufff) y en las elecciones (que no tenemos a corto plazo, por suerte), aquí van los resultados parciales de la encuesta en curso, con un sesudo análisis. Recuerden que todavía queda tiempo para votar.

El hombre

El 61,5% de los hombres desea que su pareja haga cosas que a él no le interesan mientras, tranquilamente, él ve el fútbol. Actitud puramente testosterónica, domina claramente las preferencias.

El 38,5% restante prefiere ver el fútbol en compañía de sus parejas. Una actitud que intenta incorporar a la pareja a ese mundo a veces incomprendido, que trata de hacer de la transmisión deportiva un espacio común. Suerte compañeros, a los que les quede esperanza. Yo perdí la batalla.

Como era de esperarse, un expresivo 0% de los hombres ha declarado desear que su pareja lo hinche mientras ve el fútbol.

Los resultados, hasta este momento, me parecen dentro de lo esperable.

La mujer

El 38% de ellas prefiere hacer otras cosas mientras sus parejas ven fútbol. A mi entender, una sabia decisión.

Casi un 43% se manifiesta propensa a hinchar por el equipo, acompañando a su pareja. Loable actitud, que sin embargo entraña un profundo e inminente riesgo de conflicto en caso de insistir reiteradamente en pedir explicaciones de, digamos, qué significa estar fuera de juego, o de que su pareja sea de los que considera que el fútbol es un espacio puramente masculino.

Un no despreciable 19% se muestra partidaria de hinchar a su pareja mientras ve el fútbol. Me inclino a pensar que son algunas de las que votaron "haciendo como que". O sea, que contestaron lo que harían si tuvieran pareja.

Si no me equivoco y efectivamente quienes votaron por esta opción son de las que "hacen como que", he de recomendarles encarecidamente un cambio de actitud, porque de otra manera sus posibilidades de seguir "haciendo como que" se incrementan notablemente.

Si me equivoco y son de las que efectivamente practican esta repulsiva actitud, no me queda más que compadecer a mis congéneres y apoyarlos moralmente en su sufrimiento.

Ya vendrán los resultados finales. Si no ha votado, ¡hagalo ya! Y apoye a la ciencia.

Hoy me levanté interactivo

19.10.07 12 Comments

Y para eso no bastan -aunque siempre se agradecen y se responden- los comentarios del respetable.

Hoy comienza una nueva era para este humilde espacio. Hoy se estrenan encuestas. Las instrucciones (léase con tono de vendedor ambulante):

A su mano derecha, estimado visitante, encontrará usted 2 encuestas, una para cada género, esto es, una para el correcto varón y otra para la distinguida dama. Usted deberá elegir una de las tres respuestas posibles de la encuesta que le corresponda, para de esta manera aportar en el estudio en curso. Su valiosa cooperación será muy agradecida. Comentarios respecto del tema en cuestión, sírvase dejarlos en este post, ya que la encuesta no lo permite.

Mis más cordiales e interactivos saludos

Hinchando (por Chile y las pelotas)

18.10.07 12 Comments

En esta onda futbolera que se respira durante el último tiempo, especialmente después de la contratación de nuevo y reputado técnico para la selección nacional, me sumé a la corriente y me dio por seguir a la selección nacional, asquerosamente llamada también “La Roja de todos”.

Por lo mismo, viajé a Argentina el fin de semana largo recién pasado. Bueno, no sólo a ver el partido, pero es una buena excusa, ¿no? Y fui ayer al estadio, a ver el partido contra Perú. ¿El saldo total? Para la selección, ya se sabe: un partido ganado, uno perdido, 2 goles a favor y 2 en contra. 5º puesto en la tabla general. Para mí –gran viaje aparte, y algunos kilos de más –la constatación de varias conductas propias del hincha (aunque no sólo de él), algunas ya tocadas anteriormente en este espacio, otras más novedosas: por cierto, ninguna que aporte. Como siempre.

Las comparaciones. Al chileno –y en esta denominación caben periodistas “especializados”, sin especializar e hinchas –le gusta comparar. ¿La comparación más recurrente? Con Bielsa es otra cosa que con Acosta. Nada de andar ratoneando, ahora se juega al ataque, no como antes. Aunque no deja de ser cierto, hay algo que me molesta: seguir escuchando eso de “el calvo estratega” o, peor, “estratego”. Ahora que al fin nos libramos de él, sigue penándonos. No hay paciencia. Otra comparación recurrente es la de "nosotros y ellos". O sea, nosotros no tenemos un Riquelme, un Messi, etc. Como que hiciera falta decirlo.

La obsesión con las cámaras. Ahora me explico por qué tanto desconocido –y sobre todo desconocida –que entra al mundillo de la televisión se encandila y es capaz de hacer cualquier cosa con tal de aparecer unos segundos en pantalla. Simplemente hacen lo que la gran mayoría. Basta que aparezca una cámara para que el hincha sufra una especie de metamorfosis que lo hace enajenarse y mandar saludos, hacer orejitas al periodista que despacha, gritar consignas, hacer pronósticos o pura y simplemente mandar una chuchada al rival. Lo importante es aparecer, y jactarse. En el avión de vuelta desde Argentina venía un personaje que se vino buena parte del viaje contando cómo había aparecido en televisión, como que hubiera sido por mérito propio.

El enloquecimiento con los famosos. O famosillos, a decir verdad. La necesidad de sacarse una foto, pedir un autógrafo, conversar, en fin, hinchar las pelotas a cualquiera que tenga algún grado de exposición pública, es simplemente impresionante. En el estadio me tocó ver de cerca cómo María Laura Donoso, ex miss Reef chilena –que como adivinarán tiene sus méritos –era acosada por un personaje que partió saludándola, luego pidiéndole una foto –que hubo de repetirse varias veces gracias a un oportuno flash que no funcionaba –para terminar sentado al lado de ella conversando en el siguiente tono: “Cuéntame Laura, ¿qué estás haciendo ahora en televisión? Es que llevo varios años acá, y no te he visto últimamente”. Mejor amigo, claro. La cara de ella, ni les cuento. Situaciones similares vi con Álvaro Salas, Dino Gordillo, Marcelo Ríos... Los costos de ser famoso.

El conocimiento técnico. Los análisis técnicos sofisticados campean entre los hinchas. Cualquiera pensaría que está en un congreso mundial de técnicos, cada uno con una teoría más rebuscada que el otro. Que si Villanueva, que por qué no Jiménez y Fernández juntos, que si Suazo por el medio o la punta son preguntas para principiantes. Lo que la lleva son los análisis sobre esquemas tácticos, jugadores polifuncionales y muchos, de verdad muchos términos que seguro acuñó algún periodista deportivo con tiempo libre de más.

El nerviosismo en el avión. Tema latamente tratado aquí, acá y por este lado, las actitudes durante el vuelo siguen vigentes, con una decepcionante excepción: los viajeros ya no aplauden. Ya se sabe, el respetable está cada vez más exigente, no es cosa de regalarle aplausos a cualquiera.

El insulto. Es una necesidad absoluta. Da lo mismo con quién se esté jugando, siempre habrá a qué echar mano en el afán por denostar al contrario. En Buenos Aires fue el clásico cántico relativo a las Malvinas, y en el Nacional se les entonó a los peruanos una cancioncilla que, además de hacer alusión a sus madres, terminaba “acá en Chile, les damos de comer”. Eso en cuanto a cánticos, porque los gritos destemplados contra peruanos, argentinos y todos los rivales que vendrán de aquí en adelante son la tónica. A esto se suman los insultos a uniformados y, cómo no, árbitros.

Eso de manera general, claro, porque hay una cantidad infinita de situaciones particulares imposible de describir aquí. Como confesión, debo decir que practico varias de las actitudes descritas precedentemente. Es que la masa me absorbe, sin que pueda resistirme. Lo de las cámaras, eso sí, no me gusta. De hecho, tuve la mala suerte de hacer el trayecto desde el hotel al estadio en Buenos Aires a bordo de un bus en el que iba una periodista y un camarógrafo de Fox Sports, lo que determinó que mirara todo el trayecto por la ventana, y no precisamente para ver el paisaje. Y, peor aún, dentro del bus iban representantes de los más clásicos especimenes que viajan a estos eventos: hiperventilados, conservados en alcohol, el payaso del curso, el del doble sentido permanente, el gritón, el técnico frustrado, incluso el ex futbolista. Y más de uno de cada clase. En fin, el infierno mismo. Todo sea por la Roja de todos. Por La Era Bielsa. Por no volver a oír del Calvo Estratega. Todo por el fútbol.

ACLARACIÓN

8.10.07 21 Comments

A los distinguidos (y no tanto) lectores de este blog.


Durante los últimos días fui reiteradamente criticado -algunas veces veladamente, otras de manera abierta- por la frase " me hizo emocionarme", utilizada en el post "No estaba muerto...". Cito a Roberto, quien quiera que sea: "...pero jamás encontré, o no percibí, algo de tan mal gusto como esto: "... Tamaña muestra de cultura me hizo emocionarME hasta las lágrimas.Y no fue lo único". leíste bien? sí, señor que no aporta, en el post anterior escribió: "ME HIZO EMOCIONARME", que feo. bajó el level.suerte y sigue escribiendo, pero bien." Un distinguido y asiduo visitante afirmó "Debo confesar (y esto no es un arranque de mamonería) que me percaté del emocionarME pero lo interpreté en un principio como una sutil expresión de su delicada aunque explícita ironía. ".


El punto es que la expresión seguía sin sonar tan mal a mis siempre delicados oídos, lo que me intrigaba sobremanera. Eso, sumado a mi orgullo lingüístico herido, me hizo consultar directamente a la RAE, desde donde recibí la siguiente respuesta:


En cuanto a las dos frases que usted plantea en su consulta, serían ambas admisibles en nuestro idioma, si bien tendrían un significado diferente:

Me hizo emocionarme (= hizo que yo me emocionara)
Me hizo emocionar (= hizo que yo emocionara... a alguien, etc.)

Reciba un cordial saludo.

Departamento de Español al día RAE


¿Entonces? Nada, que yo tenía razón, y quienes me criticaron no. Que volví a dejar la frase, que había cambiado, tal como estaba al principio. Y que Roberto y compañía pueden intentarlo en una próxima oportunidad, que de seguro la habrá. Sigan intentando, ya tendrán más suerte. He dicho. (Si vieran la sonrisa que tengo ahora... por eso la foto, para los que no entendieron)

De la comunicación virtual

4.10.07 31 Comments

Aquí vamos de nuevo, luego de un largo receso. No profundizaré en eso, puesto que esta explicado en (relativo) detalle en el (pseudo) post anterior. Que por cierto está absolutamente vigente, así es que lean y comenten.

Bueno, a lo que iba. Mi extenso horario laboral -8 AM a 6 PM- me obliga a pasar largas –a veces larguísimas –horas frente al computador. Por lo mismo, no sé qué sería de mi escasa vida social –si se le puede llamar así –sin el Messenger y el Chat de Gmail. Son, a estas alturas, mis modos predilectos para comunicarme con mis amigos, familiares y demás personas que pululan en mi vida.

El punto es que las relaciones son cada vez más mediadas y tecnologizadas. Hay menos espacio y tiempo para el contacto cara a cara, para la conversación en un café, para la cerveza compartida. Si a eso se le suma casi un año de no fumar, lo que obviamente influye en mis ganas de salir, el tema es crítico.

Y por si a alguien le extraña esta faceta cuasi sociológica que estoy mostrando ahora, esta dimensión proto profunda, no se preocupe. Es sólo un preámbulo para llegar donde quiero, donde me muevo con libertad, con comodidad, con conocimiento empírico: la idiotez y el dato inútil. Allá vamos.

¿Han visto algo más repulsivo que la gente que refleja sus estados de ánimo, situaciones amorosas, laborales y otras en su nombre –o nickname, diría algún odioso que intenta sonar internacional –en Messengers o chats de proveedores varios?

La verdad, los detesto. Pero en serio. Pueden, sin ir más lejos, lograr que bloquee al contacto en cuestión, o que me conecte en modo oculto. ¿Será para tanto? Veamos.

Algunos nombres que, lo juro, he visto en estos sistemas de comunicación virtual:

-Latinoamérica unida, es posible. Quiero desde ya dejar constancia de que ni Hugo Chávez ni Evo Morales están en mi lista de contactos. Tampoco tengo noticias de una reciente reencarnación de Bolívar. Se trata, simplemente, de una amiga –no te enojes, Lupe –que participa en un programa por el cual fue enviada a trabajar a Bolivia. Y por eso cree que todos debemos ser un pueblo. Patrañas.

-¿Qué es la alegría? Un estado alterado de conciencia. Frase hecha que busca aparecer como más profunda de lo que en realidad es. De paso, incita al interlocutor a preguntar por qué tanto pesimismo, para consecuentemente largar el drama completo. No hay paciencia.

-Un problema no es un problema si se puede resolver. OK, tengo conocidos filósofos, y qué. De profundidad insondable, la sabiduría que encierra esta frase me sobrepasa. Si alguien es capaz de dimensionarla, le agradeceré una explicación.

-Vendo mi vestido de novia. Bueno, en un apuro los sistemas de Messenger pueden ser una buena vitrina comercial. Pero pasar varios meses con el cartelito se vuelve ciertamente insoportable. Peor es, como en el caso en comento, cuando después de concretada la venta el nickname es completado con un ¡Vendido!, como para confirmar que el negocio funcionó. Similar a los letreros de corredoras de propiedades que, como tratando de probar su eficacia, cambian el “Se vende” por un “Vendió”. Patético.

-En vísperas!!! Falta de puntuación aparte –hay gente a la que es inútil explicar que, en español, los signos de exclamación e interrogación también se abren –este nombre es el clásico que busca llamar la atención de los contactos. Nunca –permítanme enfatizar, NUNCA –caiga en el error de preguntar “¿En vísperas de qué?”. Es justamente lo que el indeseable busca para largar su cuento. De hecho, seguro tiene escrito el discurso completo en su procesador de texto favorito –no hago publicidad gratis, conste –para cortar y pegar en las ventanas de conversación de los pobres incautos que se atrevieron a preguntar.

-Ser o no ser, ésa es la cuestión. Además de ser profundamente filosófico, este nickname revela un evidente conocimiento literario de quien lo usa. Como diciendo “cuidado, mira que de literatura yo sí que sé”. Si tiene tiempo, haga la prueba de preguntarle por Hamlet. Si le contesta de manera relativamente satisfactoria, siga con Claudio, Polonio, Laertes y Ofelia. Si aún mantiene la conversación, comente sobre Rosencrantz y Huildenstern. Seguro al literato le aparece algo urgente y tiene que irse volando. Si aún sigue ahí, es usted el que debe arrancar, pues su contraparte es un aburrido.

-Cómo explicarte qué es la vida, si nunca jugaste básquet. Otra vez valga la aclaración: no tengo amigos en la NBA. Ni siquiera en la DIMAYOR. Simplemente hay gente que, vaya a saber uno por qué, creen que quien no jugó una –perdonen los aficionados –basura de deporte, no conoce de la vida. En fin.

-Correréporladiscoconelpetodelátex. Así como se lee. Aunque confieso no haberlo visto personalmente –creo no conocer a nadie capaz de usar un nickname así –el dato me llegó de una persona de absoluta confianza, cuando comentábamos este tema. Sin duda una joya.

Punto aparte son quienes cambian diariamente sus nombres, utilizando preferentemente frases de filosofía barata del tipo “Todo pasa por algo”, “Mañana será otro día”, “Después de la tormenta viene la calma” y otras que puede ver aquí y acá.

Otra subespecie deleznable es la que reúne a quienes utilizan nombres en inglés, francés, alemán, italiano… Detestables, de verdad. De una siutiquería sin nombre. También los que se jactan de sus logros laborales, los que lloran sus penas de amor o manifiestan sus (no tan) secretos anhelos. Todos ellos son detestables, en mayor o menor grado. Es bueno que de una vez por todas lo sepan.

Creo que ya me extendí demasiado. Debe ser la catarsis de volver, de renacer cual ave fénix (¿qué tal la metáfora?), de reencontrarme con este espacio abandonado. Como siempre, el espacio está abierto para que compartamos, como la gran familia de inútiles y ociosos que somos, todos esos nicknames que odiamos. Si alguien quiere compartir algo, claro, porque estoy seguro de que, luego de este post, pasaré a la lista de bloqueados de varios de mis contactos. Peor para ellos.

No estaba muerto...

3.10.07 7 Comments

Primero, y antes que todo, debo hacer un mea culpa por el total y absoluto abandono en que he dejado este espacio durante el último tiempo. No se crea que estoy tan ocupado con mi nuevo rol de padre. Bueno, sí, bastante. Por lo demás, aprovecho lo que puedo para ejercerlo. Además tengo bastante trabajo en distintos frentes, por suerte. Pero no es eso lo que me ha hecho dejar de lado este blog. La verdad, lo que más ha influido es que retomé una antigua obsesión, lo que me llena el poco tiempo disponible para ítems del tipo "ocio". En fin, habrá que ir equilibrando.

He de confesar, eso sí, que lo tenía muy presente. Y a ustedes, fieles lectores, dijo el que se cree popular. He leído cada uno de los comentarios nuevos, incluso algunos que han caído en los primeros posts. En este tiempo de silencio, han llegado nuevos lectores. Bienvenidos todos. He recibido también comentarios extraños. ¿Recuerdan el post "Demonios"? 12 de marzo. Bueno, el tema es que en ese post recibí un comentario que, cómo no, procedo a citar de manera textual: "no mamen cabrones y cabronas se acusa con pruebas como las de Xuxa y pitufos pero no se anda diciendoi de toda pues no jodan o sino a los hombre les rompo el culo y a las mujeres la concha". Tamaña muestra de cultura me hizo emocionarme hasta las lágrimas. Y no fue lo único. Varios otros comentarios me han emocionado profundamente, sobre todo los que clamaban por un nuevo post, o decían que echaban de menos este espacio. Incluso agradezco uno que señala que “cada vez que voy al baño me acuerdo de usted” (sic). O sea, no es que agradezca el recuerdo en dicha circunstancia, pero en fin. Tiene algo especial eso de que se acuerden de uno, sea donde sea.

A modo de reparación, les comunico que he decidido plasmar en papel, y con espectacular apoyo gráfico, el post anterior. Y, si a nadie molesta, incluyendo algunos de los comentarios recibidos. La idea es extender el correcto uso de ese sagrado recinto que es el baño. Primicia absoluta para ustedes. Ya tendrán más noticias.

Como veo que me he alargado más de lo necesario en este sentido discurso, lo dejo solo, mientras escribo el post que, se suponía, estaba empezando. Parece que hoy ando un poco difuso en mis ideas, para variar. Pero, conciudadanos todos, tranquilos. Se viene el post del reencuentro. Esto es sólo un paliativo. Como para decir presente. Para traer calma a los atribulados corazones que clamaban por la inmensa sabiduría de este humilde servidor. Ya, suficiente. De hoy no pasa el próximo post. Cruz pal cielo.