Descubrimientos

13.6.08 5 Comments

Mientras preparo algo más contundente, quiero compartir con ustedes un par de descubrimientos de profundo valor histórico y, a la vez, científico, que podría revolucionar la historia deportiva patria tal y como la conocemos hasta ahora.


¿Cómo -se preguntarán algunos- se puede hacer un descubrimiento que compatibilice a la vez tan disímiles disciplinas?

¿Cómo -cuestionarán otros- un descubrimiento de esta naturaleza llevará a cambiar la historia en esta larga y angosta faja de tierra?


Juzgue usted, estimado lector.

Descubrimiento 1. El famoso penal errado por Carlos Caszely, profesión ídolo, se debió a una causa puramente física.

Así es. Luego de profundas investigaciones y reflexiones, he logrado determinar que lo que en realidad ocurrió en ese fatídico día 17 de junio de 1982 -se acerca un aniversario-, en ese aciago momento, recordado hasta la saciedad por la fanaticada nacional, fue un episodio de corte puramente físico, a saber: el short apretado que el rey del metro cuadrado llevaba puesto -a la usanza de aquellos años, por cierto- le pellizcó una de sus gónadas, impidiéndole ejecutar el tiro como lo tenía previsto inicialmente.

Contra todo lo que indica la historia, cuando Caszely Carlos mira el suelo, manos en jarra, no lo hace lamentándose de la oportunidad desperdiciada, sino simple y puramente para que no se vieran las lágrimas de dolor -físico, por cierto- que corrían por su cara.

Descubrimiento 2. El Pato Yáñez -el gesto, claro está- tiene también un origen físico.

Aunque muchos -casi todos- argumentan que el recordado gesto (para quienes no lo conozcan, pueden verlo aquí) fue una reacción a la supuesta agresión a Roberto "Cóndor" Rojas, y que Patricio Nazario Yáñez lo habría hecho a modo de provocación y/o insulto al público presente en el Maracaná, lo cierto es que la razón primigenia de ese gesto es otra. Física, claro.

En efecto, en esa época el bueno de Patricio sufría de ladillas (Phtirius pubis), parásito que le provocaba intensa picazón, que trató por todos los medios de aliviar. Era este mal el que lo hacía correr como endemoniado por la franja, no las ganas de alcanzar la pelota.

En el momento justo de la concepción del ya mítico gesto, el hecho de darse vuelta hacia el público fue simplemente para dar la espalda a sus compañeros, que ya lo tenían harto con las bromas de camarín respecto de su ectoparasitosis. Además, ya no soportaba que su toalla fuera la única en el camarín marcada con una gran estrella roja -era por patriotismo, argumentaron sus compañeros- en esta época pre depilación.

Prueba consistente e irrefutable del mal que lo aquejaba es este otro video, del partido de ida con Brasil en esas mismas eliminatorias, en el Estadio Nacional (antes, mucho antes de que les diera por renombrarlo).

Ahora dirán ustedes si no es este humilde servidor un historiador de tomo y lomo.