Se acabaron las vacaciones

26.2.08 31 Comments













He vuelto. Sí, se acabaron las vacaciones, y ya estoy en el trabajo.
No me voy a quejar, no señor. Fueron unas largas, (in)merecidas y provechosas vacaciones, que me ayudaron a descubrir ciertas cosas, que detallaré a continuación.

1.- Echo de menos mi blog. Así es. Algunos días sin acceso a Internet y me comenzaba, digamos, a colocar nervioso. Por suerte estuve casi permanentemente revisando los comentarios, aunque reconozco que parte de mi desconexión fue no responderlos ni publicar un nuevo tema. Pese a que los muchos comentarios sobre Arjona me empujaban a hacerlo, resistí estoico. No voy a contestar ahora los comentarios, porque no viene al caso, pero los leí todos. Gracias. Totales.

2.- No voy a cumplir todos los (des)propósitos que me hice para este año. Por lo mismo los voy a recalificar en:

a. Los que voy cumpliendo, y espero cumplir:
-Aguantar menos la estupidez. En este voy con honores.
-Tomar más Coca Cola. Cumpliendo, y bien.
-Tomar más micheladas. Parejito.
-Seguir con mi blog. En eso estoy ahora mismo.

b. Los que ya no cumplí:
-Aprovechar mis vacaciones para hacer lo que en el año no tengo tiempo de hacer. Definitivamente todos esos propósitos de aprovechar al máximo el tiempo se desvanecen ante una almohada o una siesta a la sombra a orillas de un lago.

c. Los que voy cumpliendo, pero definitivamente dejaré de lado:
-Comer más. En este propósito voy como avión, pero ya no doy más. Intenté jugar tenis y duré un set. Uno solo, y no a gran nivel, por cierto. En el segundo ya arrastraba los pies y no me podía la raqueta. Así no pues. Hay un mínimo de dignidad, así que me retracto de este propósito.

d. Los que no he cumplido aún, pero espero cumplir:
-Trabajar menos. Como vengo llegando, no he tenido la oportunidad de superarme a mí mismo. Ya veremos qué se puede hacer. O no hacer, más bien.
-Parapetarme. Tampoco he tenido la oportunidad, pero estoy atento para no desperdiciarla apenas se presente.

3.- No me canso de descansar. Así es, podría pasar el año completo de vacaciones y no me pasaría nada. Desconozco esa sensación que algunos describen de “necesitar hacer algo”. No, yo no sufro de eso. Por mí, 365 días (366 en el presente año, no vaya a ser que busquen el resquicio para hacerme trabajar un día) de vacaciones.

4.- Todos hablan del famoso “estrés postraumático”.Claro, existe. Es terrible, al parecer. Pero, ¿qué me dicen del estrés pretraumático? Ése que viene antes del trauma de la vuelta al trabajo, y que nos ataca durante los últimos días de vacaciones. Es terrible la sensación de ver cómo se acaban las vacaciones y la pega se acerca inexorablemente. Si no fuera por la cruda necesidad, por el vil dinero, sería el momento ideal para parapetarme y no trabajar nunca más. Pero ya ven, estoy de vuelta.

5.- El mal de Arjona está más extendido de lo que uno cree. En mis vacaciones tuve la oportunidad de recorrer largamente un supermercado de provincia al son del detestable, y me crucé con un par de personas que me dijeron como si nada, casi orgullosos, que a ellos les gustaba.

Ahora vuelta a la realidad. Ya vendrá una entrada de verdad, pero es mi primer día laboral luego de mis extensas vacaciones. Como bien diría Alberto Plaza, “no me pidas más de lo que puedo dar...”.

A modo de Post Data, sobre algunos comentarios del post de Arjona:

Anónimo, hay dos situaciones posibles para su comentario (ambas gravísimas):
-De verdad a usted le gusta Arjona (caso en el cual se entiende su anonimato)
-Usted ES Arjona (caso en el cual se entiende aun más)
Lo lamento por usted (en cualquiera de las situaciones)

José Miguel, terrible experiencia la de Arjona orquestado. Pero en mi maquiavélica mente imagino algo aun peor: Arjona andino. Sí, como esos asquerosos Beatles andinos. Con zampoña, quena, charango y bombo. ¿Se lo imagina? De terror.

A modo de post post data, la foto que ilustra este comentario es mía (otra vez, para los cortos de entendederas, no soy la vieja de la silla... yo la tomé). En una playa del litoral central, vacacionando la señora. Qué combinación de palabras la de vacacionar en el litoral. Tersianas me vienen.