Conversaciones embarazosas

3.7.07

Aunque el título puede llamar a engaño, no se trata de conversaciones que den vergüenza.

Hombres y mujeres son diferentes, qué duda cabe. Pese a la cacareada igualdad, a las constantes luchas por hacer equivalentes ciertos aspectos de ambos géneros, hay diferencias que no se pueden obviar. Pero más allá del cliché de Venus y Marte, hay un tercer género –Plutón, o algo por el estilo–, del que no se habla tanto. Y no me refiero a minorías sexuales, travestidos, homosexuales ni hermafroditas. No señor. Me refiero a las embarazadas, que mientras mantienen esa condición, de verdad son un género aparte.


Esto me traerá consecuencias, lo sé. Represalias. Amenazas, tan de moda últimamente. Mal que mal, una de las características de este género de las embarazadas es su alto poder de represalia, haciendo uso de su fuero. Pero en fin. Soy un apóstol de lo que no aporta, un enviado de la Ignorancia –así con mayúscula–, embajador de lo irrelevante en este mundo. Y como tal, debo cumplir con mi tarea. Cueste lo que cueste. Así que aquí vamos.


Las embarazadas conversan de cosas que sólo para ellas tienen interés. Incluso temas que sólo ellas entienden. Por eso tienden a juntarse entre ellas. Desarrollan un sentido que les permite reconocerse incluso aunque no estén mirando. Olor, vibraciones, qué sé yo. Pero donde haya una embarazada –así la concepción se haya producido durante la siesta de la que se acaba de levantar– será reconocida por sus pares. Y se iniciará la conversación. Ni hablar de las amigas embarazadas que se juntan a almorzar, o que salen a comprar. Eso es cosa seria. Para quienes sin formar parte de este género –mujeres no embarazadas y hombres– se encuentren de improvisto en presencia de más de una embarazada simultáneamente, ya pueden irse preparando. Los temas que escuchará son los siguientes:


Los kilos. Una fijación de las mujeres, cierto. Pero la obsesión de las embarazadas es sorprendente. La comparación de los gramos que ha subido cada una abre los fuegos en cualquier conversación. Que si es normal subir tanto, que tan poco, que está bien así, que si vieras lo que cuesta después bajarlos. Espantoso.


Otros efectos sobre el físico. Cualquiera que esté presente en una conversación de embarazadas quedará bastante informado sobre algunos, o todos, de los siguientes tópicos: retención de líquidos y consecuente hinchazón de las extremidades; várices; estrías; aumento en la frecuencia con la que van al baño; estreñimiento; acidez; dolores de espalda; calambres. Para qué seguir. La lista es prácticamente interminable.


Remedios y otros. Cualquiera que presencie una conversación de embarazadas debería, posteriormente, ser capaz de recordar palabras como vitaminas, hierro, magnesio, calcio, ácido fólico y una infinidad de otros compuestos que, para una embarazada, son tan comunes como hablar de chocolates, manzanas o porotos. Lo hacen parecer tan cotidiano, como si fuera cosa de ir a la verdulería de la esquina y pedir un kilo de magnesio y un paquete de ácido fólico. Con esos nombres, estos compuestos no pueden sino producirme una profunda desconfianza.


Los ginecólogos. Una raza superior, sin duda. Tratar sólo con mujeres, y en algunos casos mayoritariamente con embarazadas, los hace dignos de admiración. Recuerdo el chiste aquél que dice que “el ginecólogo trabaja donde los demás hombres se divierten”. El punto es que este personaje ocupa gran parte de las conversaciones de las embarazadas. Que mi doctor me dijo, que es tan agradable, el mío no, imposible de ubicar, no sé qué voy a hacer si nunca lo encuentro… Pasan horas en este tema. Cuando se aburren, pasan a la matrona. Y vuelta a empezar, aunque a esta profesión por lo general le asignan menos tiempo.


La ropa. Otra obsesión habitual de las mujeres, en el caso de las embarazadas se produce una interesante mutación: primero a la ropa maternal y luego a la ropa de la guagua. Datos de tiendas, modelos, colores, intercambio de prendas, recomendaciones de lavado. Los subtemas posibles son numerosos.


La comida. Hay algo en la comida que vuelve locas a las embarazadas. Debe ser algún mandato de la naturaleza, porque de otra manera no me lo explico. Son simplemente insaciables. No distinguen salado de dulces, ensaladas de sándwiches, todo lo que sea comida les sirve. En ingentes cantidades, por cierto. A ratos uno se siente en peligro, no vaya a ser que en un descuido le llegue un mordisco. Una precaución: no mencione el tema como yo –mártir, idiota o un poco de cada cosa– lo estoy haciendo, ni las mire demasiado cuando comen. Es el equivalente a tirarle las orejas y la cola a un Rottweiler mientras se alimenta. Sobre todo, evite comentarios del tipo “cómo te quejas después de los kilos, si comes así”. Son altamente riesgosos.


Implementación. Uno de mis preferidos. A estas alturas, existen aparatos –y modelos de los mismos­– para todo: coches, sillas de auto, cunas, corrales, mudadores, moisés, columpios. La gama de productos es enorme y, obviamente, se necesitan todos. Ni hablar de la implementación propia de la embarazada: fajas, cojines especiales y, favorito entre favoritos, el sacaleche, idealmente eléctrico. Eso de enchufarse un aparato que succione lo encuentro sencillamente de otro planeta. Aunque –hay que reconocerlo– al menos tiene un fin más noble que otros aparatos igualmente eléctricos, mecánicos o inflables que existen en el mercado.


Hace poco tiempo nos juntamos 5 parejas de amigos a comer. Cuatro de las mujeres presentes estaban embarazadas. Imagínense la situación, era como comer en un pabellón de maternidad. Poco después, fui invitado –con cierto grado de coerción, por qué no decirlo– a un apasionante panorama llamado Expobebé. Creo que pocas veces he estado tan desagradado. Encontrar estacionamiento fue, ya que estamos en el tema, un parto. Logramos entrar para encontrarnos con tacos de coches en los pasillos. De verdad. Las guatas chocando unas con otras, un calor infernal, música infantil de fondo. Y todo a la hora de la siesta. Una verdadera tortura.


Por suerte me falta poco para salir del tema. Días. Cuenta regresiva. Pero mientras lo pienso, me doy cuenta de que sólo saldré de un tema para entrar en otro. Ya vendrán conversaciones sobre pediatras, vacunas, mamaderas, sopas y pañales. Pero eso… eso ya es otro tema.

ACLARACIÓN:

Para evitar problemas con parte importante del poco (pero bueno) público de este sitio -y con mi señora esposa- me permito aclarar que mi último post se refiere puntualmente a las conversaciones de embarazadas, lo que no quiere decir que no valore el esfuerzo enorme que hacen las féminas del planteta por mantener la especie. Que la especie deba ser mantenida, en todo caso, me parece digno de discusión.De todas maneras, a ellas -y a ELLA- mi más profundo agradecimiento y admiración.

27 no aportaron:

José Miguel dijo...

¡JA! Primero.
ESto sí que es un no aporte, ser el primero que comenta.
Pero no se fijan ellas en lo lindas que están, lo brillantes, con su cuerpo funcionando al 100% de sus capacidades. Imagino que varias acá me insultarán y dirán que no sé lo que significa andar con un mueble durante 9 meses a restras.
Me da lo mismo, las mujeres son para que los hombres las admiremos (y las lesbianas, ok), y sé más de belleza femenina que las mujeres. Además que mi mujer cuando estuvo embarazada estaba radiante.

José Miguel dijo...

ESo sí que me quedé con las ganas de que me pidieran úvula prematura de mofeta del PEloponeso al ajillo a las 3: 35 am, o panda (oso, no helado) deshuesado

Fran dijo...

Uf, partimos los comentarios de manera familiar: si, mi marido quería que mi embarazo durara 16 meses. Eso al menos habla bien de mi comportamiento durante esa época.
Pero, sr. que no aporta, ha de entender que a ningún hombre le ha tocado sufrir un cambio tan grande durante solo 9 meses (y después restablecerse). Lo menos que una puede hacer es comentar lo extraño que es tener antojos de cosas que nunca hemos comido. Bueno, cada uno con su labor, la nuestra es quejarnos y hablar del tema, la de ustedes es escucharnos.
Eso si, apróntese, que a medida que se acerca la fecha del "evento", hablar de esto no es recurrente, es OBLIGATORIO, y empezará a llamarlo la tía en segundo grado del primo político de su padre para saber si va todo bien, y si le falta algo a la doña y para pedir, sin falta, que le avise apenas pase algo....
Eso si: si usted fue a la ExpoBebe, lo felicito: es usté un martir con diploma...

Anónimo dijo...

Señor no aportador
Mas de otra galaxia son los hombres, que sin estar embarazados pueden hablar hoooooras de pesca, del chupete suazo y otras linduras, asi que no cante victoria, con la diferencia que ni siquiera perpetuan la especie, noble tarea de las damas
Toma cachito de goma
atte
madam

Anónimo dijo...

señor que no aporta: debería aprenderle al señor Jose Miguel, que adula a su mujer cuando está en estado de gravidez en vez de considerar a la suya un marciano de otra galaxia.
bien cara de raja usted, que se las ha llevado bien pelá en estos casi nueve meses mientras su señora esposa lleva consigo, dignamente, lo que será su descendencia.

Y por cierto, no se equivoca, la rererererepresalia vendrá, pero es más elegante hacerlo en privado.

El que no aporta dijo...

Veo que mi comentario ha desatado profundas iras... Parte del apostolado de la idiotez, supongo.

José Miguel, claro que uno se fija. Como hace unos minutos, cuando llegando a mi casa vi lo linda que estaba mi señora esposa, justo antes de lanzarme una sarta de improperios por lo que escribí. No sé si su belleza se debe al embarazo o al enojo. Tal vez a los dos.

Sobre eso de que "las mujeres son para que los hombres las admiremos" prefiero pasar. Por el plural, digo, mire que si me pongo a diversificar la admiración, ahí sí la cosa se pone seria...

Fran, habla más que bien. Concuerdo con usted en que los hombres no sabemos lo que es pasar por esos cambios. Pero yo escucho atentamente, no crea. Si no, ¿de dónde sacaría todo lo que escribí?
Los llamados... bueno, una de las ventajas del celular es saber quién llama, porque da la posibilidad de no existir.
El diploma me lo quedaron debiendo en la ExpoBebe; tengo el marco listo, para colgarlo al lado del cartón.

Madam, no entraré aquí a discutir sus argumentos.
Yo no canto, victoria ni nada. Ahora, permítame diferir de su opinión: independientemente de quién cumpla la ardua tarea de llevar a la guagua dentro, aportamos el 50% de la genética. O sea, nosotros sí perpetuamos la especie. ¿O cree usted que lo podría haber hecho sola con su cachito de goma, que tan finamente saca a colación?

Señora mía, los marcianos somos los hombres. Las mujeres son de Venus. Según los best sellers, claro. Las embarazadas de Plutón. Según yo. ¿Hice en algún minuto un juicio sobre la calidad física o moral de las plutonianas? No me parece...
Que mi señora lleve consigo a mi descendencia es algo que no he desmentido. Como si pudiera, en todo caso. Pero no me parece habérmela llevado tan pelá (sic), ni pienso que me las vaya a llevar peladas de aquí en adelante. A los hombres también nos toca algo en la pasada.

Claro que no me equivocaba en lo de las represalias. ¿Creyó que hablaba en broma?

Ahora, al cadalso. Como decían las micros amarillas, ésas de la era pre Transantiago, "sólo Dios sabe si vuelvo".

montt (el que no dibuja ni palitos) dijo...

Estimado sr. que no aporta y distinguida concurrencia:

No he tenido aún la cercana experiencia de mi mujer en estado de gravidez. Sí, en cambio, he estado cerca de (porque no he podido estar "en") conversaciones de mujeres embarazadas. La verdad es que no lo encontré tan terrible, al fin y al cabo era todo novedad. Lo que viene después - porque es bastante más largo y reiterativo - son las conversaciones de mujeres con hijos de edades similares (ah! es que el mío hizo esto - oh! el mío esto otro).

Ahora bien, similar situación ocurre entre personas que son arquitectos - o peor, doctores, o más peor: bomberos! En esas situaciones, ni pito que tocar.

Imagínese, dos arquitectas embarazadas que tenían ganas de ser doctoras y que en su tiempo libre fueron bomberas. Probablemente no se hubieran casado sino entre ellas y por lo tanto ni siquiera hubiesen quedado embarazadas: menudo no aporte!

Saludos.

Anónimo dijo...

Ejem... "Somos Profesionales donde el resto es Aficionado"

Yo creo, como dijo mi abuela paterna, que Dios le manda a cada uno tan sólo lo que puede soportar, no soy muy creyente que digamos, pero sí estemos de acuerdo que no creo que el género masculino sería capaz de aguantar todo lo que tienen que aguantar nuestras bellas féminas. Sobre todo la flatulencia...

Y como dijo madam, sí, nos da el mate para hablar largo y distendido sobre las cosas más fútiles de la vida.

Aprendámoles a los animalitos, a los caballitos de mar sobre todo, a los pinguinos... tan buenos padres todos ellos. Y no, en cambio, al barsa irremediable del león.

Paulina dijo...

Mmm en marte no hay hombres si me lo preguntan a mí. No tienen pirulín. En venus hay unos bichos, que no creo que a las mujeres les gustaría ser comparadas con ellos. En fin.

Yo creo que también habría que dedicarle un espacio a las eternas tías y tíos. Yo tengo 5 hermanos (2 m y 3 h) y son todos papis y mamis.
Y me ha tocado (sin derecho a decir ni pío) mudar, bañar, sacar chanchitos, hacer dormir, dar papa, entertener, limpiar paredes rayadas, cantar, encontrar tutos y chupetes varios, mecer y muchos etcéteras más... sé más de algún progenitor saltará diciendo que ni se acerca mi experiencia a la de ellos, pero es mi humilde opinión personal. Nosotros los tíos (los que aportan a voluntad o no) nos merecemos un espacio o algún planeta, ya que se están repartiendo todo el sistema solar. Yo ofrecería el mío, pero no sabría dar las indicaciones.

Recuerdo con amargura, literalmente, aquel día en que mi querida hermana mayor dejó un vaso con leche materna, sin etiquetar, en el refrigerador para darle a mi sobrino cuando ella se fuera a la universidad. Para qué voy a explicar el resto...

Anónimo dijo...

Señor no aportador
yo tampoco quiero entrar el polemica con usted, pero me permito dcirle o recordarle quela ciencia avanza a pasos agigantados, si no donde dejamos las guaguas que nacen con fertilizacion asistida, con fecundacion de espermios propios (del marido )o ajenos ?
Las guaguas de probeta ?
Y todo esto para la conservacion de la especie
No sea mas papista que el papa
atte
madam

Anónimo dijo...

pd
lo de expo bebe es decir por lo menos afiloso

El que no aporta dijo...

Montt, no he dicho que sea terrible. Simplemente en muchas ocasiones escapa a mi comprensión. Sobre la novedad de los temas, qué duda cabe.

Concuerdo con usted en que la situación se da en muchos ámbitos. Recuerdo, de mis tiempos de estudiante de arquitectura, haber ido a almorzar a la casa de una compañera: los dos padres arquitectos, dos hermanos ídem, ella estudiando lo mismo... Un suplicio.
Siempre puede ser peor, en todo caso. ¿Una familia de psicólogos, por ejemplo? Dios nos libre.

Señor Profesionalista, no podría estar más de acuerdo con usted: no seríamos capaces de soportar algo así.
¿Hablamos idioteces? Por supuesto. Y las escribimos. Y las publicamos. Hay que tenernos paciencia.

Habitante casi Desplanetado, pobres marcianas. ¿Cómo se las arreglan?
También soy tío, y sé de lo que habla. Ahora seré padre. En un tiempo más le cuento las diferencias entre una y otra condición.
Espero, en todo caso, no pasar por el trance de la leche. Gracias por compartir su experiencia, me servirá para tenerlo claro al momento de abrir el refrigerador.

Madam, ¿qué tiene que ver la ciencia aquí? Al final, igual nos ponemos con el 50% de los genes. Cómo lleguen a juntarse con el otro 50% es otro tema. Insisto: con el cachito de goma no se puede.
Y sí, lo de la expo fue afiloso. Afilosísimo, para ser precisos.

Anónimo dijo...

Señor no aportador,ahora,despues de su ultima columna y ante las reacciones femino-hormonales que despertó,es cuando tiene usted una maravillosa oportunidad de parapetarse.No la desperdicie.

Luciana dijo...

Jajajajajajajajajajajaja.
Es cierto! Me reí mucho....!!!
Lo otro sorprendente es que estando embarazada, el resto de las mujeres se toma confianzas contigo que no tiene cuando no lo estás. Por ejemplo, estando embarazada fui a reuniones de trabajo (normalmente muy fomes) y las mujeres presentes (todas) me llenaron de consejos y se explayaron en detalles íntimos como si fuéramos amiguis de toda la vida (al punto que la reunión se "suspendió" porque se volvió apoyo a la preñada...). Lo mismo con la ejecutiva del Banco, la vendedora del mall y ásí sucesivamente.
Lo de ExpoBebé...sin comentarios, yo ni siquiera pensé en ir, porque claramente hay un abuso comercial a los padres, especialmente primerizos. Pronto descubrirás que la mayor parte de las cosas que ofertan no son necesarias. Nosotros aplicamos la regla de menos es más, y ha resultado sabia, porque en definitiva, las guaguas crecen tan rápido, que después te tiras de los pelos con la sillita mecedora que apenas duraba hasta los 8 kilos (eso ocurre como al 5to mes) o te das cuenta que el buzo térmico jamás se lo pusiste porque creció demasiado antes o cuando tuvo el tamaño para él...era verano. Ja. Lo mismo con la ropa para la madre; por cara y bella que haya sido, una vez finalizado el proceso, uno sólo quiere tirarle parafina encima y olvidarse de ella.
Y na que hacer, la vida es así. Y el embarazo es un período bastante frikeado en términos hormonales, psicológicos y fisiológicos, que curiosamente...UNO OLVIDA AL AÑO SIGUIENTE...a Dios gracias.

Fran dijo...

Notable su aclaración. Déjeme decirle, eso si, que no note de su parte animadversión alguna respecto a la preñez (ni a las preñadas)sino un afán admirable por documentar el tenor de las conversaciones.
Déjeme decirle que concuerdo con Marcylor, cuando una esta en "estado" todo el mundo quiere opinar y dar consejos... bueno, de eso y mucho más ya hablé en mi blog.

A todo esto: mi nueva propuesta: http://propongo.blogspot.com

Anónimo dijo...

sr que no aporta:
no puedo dejar de opinar acerca de un breve comentario que realizó ud. en una respuesta a "un habitante casi desplanetado". Conozco yo a aquella desendencia de la cual ud es tío, y puedo decir que jamás, al menos que yo sepa, ha mudado, bañado o hecho dormir a alguna de aquellas criaturas. Tal vez sí ha jugado (no cantado)y entretenido.
Sólo prepárese para lo que le viene, aquí estaremos para apoyarlo y reírnos de ud.

cariños

wanda

popmoderna dijo...

Puedo hablar con toda propiedad porque trabajo en una partería... terrible!
La cantidad de sandeces que oigo todos los días es impresionante y considera que el instinto materno es lo que menos tengo considerado.
Que la guata en punta es hombre, que la redonda y sin cintura, mujer. Que los pies hinchados
Que el saca leche, el formador de pezón, el relleno, la crema de matico, el colado, batido y picado (costará mucho cocer un poco de zapallo con cabellos de angel?), que la matrona y el doctor y la isapre y la guaaaagua que es taaaan linda!!! y una cantidad de huevaditas que dejan sin ni un peso.
O sea! sorry, pero eso de que la conservación de la especie y la cacha de la espada... las pinzas!

montt (el que no dibuja ni palitos) dijo...

¿qué se hace cuando a la señora le da antojo de... queso de cabeza?

Fran dijo...

En esos casos, sr. Montt(el que no dibuija ni palitos) se le hace saber que está terriblemente equivocada, que no es eso lo que quiere comer, y que el queso de cabezo está prohibido por la OMS.

El que no aporta dijo...

Primero que todo, hay una nueva lección en www.manualdelinsoportable.blogspot.com, para que le echen una pasadita.

Ahora sí:

Señora Oveja, dejé pasar la oportunidad. Las aguas ya se aquietaron, y créame que no quiero volver a agitarlas. De ahora en adelante estaré más despierto para aprovechar las oportunidades que se presenten.

Marcylor, ¿qué me dice de la necesidad de las embarazadas -y de las mujeres en general, para ser justos- por tocar la guata de la embarazada? No lo pueden resistir, es impresionante.

Fran, la animadversión no existía, por eso no la notó. Aunque otras personas -más sensibles de piel- creyeron verla, de ahí la aclaración.

Wanda, ¿en qué parte dije que había mudado a alguna criatura? Yo sólo dije que sé a lo que se refiere. ¿No pensó que puede ser por lo que he visto?
Sobre el canto, bueno, no es mi fuerte. Le agradezco el posible apoyo. Le desprecio su risa, guárdesela.

Katty_runrun, eso debe ser espantoso. Aunque, para no herir susceptibilidades, he de decirle que debe ser también maravilloso ver nacer a tantos niños...

Sobre "eso de que la conservación de la especie y la cacha de la espada... las pinzas!". Por favor. Querrá decir usted " "eso de que la conservación de la especie y la cacha de la espada... los fórceps!". Vamos adecuándonos al tema.

Montt, si se da una situación así conserve la calma y, disimuladamente, haga un bolso y arranque de su casa. Si a su señora le da un antojo así, algo anda mal.

Fran, es una opción menos radical que la que yo planteo, pero no sé si tan efectiva. Por lo demás, ya sabemos el peso que la OMS tiene en el mundo, ¿no?

Anónimo dijo...

Señor Q.N.A: Le encuentro toda la razón...y eso que soy mujer y yo misma estoy embarazada. Si lo pensamos bien...estará usted por convenir conmigo en que eso de "mejorarse" tiene algo de cierto? ;o)
Un abrazo, Paola

Katy Becker dijo...

señor que no aporta:

hace un par de años estaba en un asado de gente que bordeaba los 40 años (yo iba acompañando a mis padres y para cuidar a mis hermanos en la piscina)y las mujeres presentes, totalmente desconocidas a mis ojos, se pusieron a hablar de partos y DILATACIONES!!, uff, el trauma lo guardo hasta el día de hoy y creo que sólo lo superaré con una hipnosis en el buenos días a todos.

Atte

Katy
meapesta.blogspot.com

Anónimo dijo...

Las peores conversaciones de mujeres no las tienen que sufrir los hombres, sino las mujeres solteras (tal como cuenta el post anterior), que todavía no hemos descubierto el increíble placer que parece tener hablar de cosas sacadas de una película gore.
No son las embarazadas primerizas las más temibles, sino aquéllas que han tenido ya algunos embarazos con sus consecuentes partos. Ellas se dedican a aconsejar a la incauta, contando con lujo de detalles las más increíbles historias sobre contracciones, dilataciones, episiotomías (es el corte que hace el doctor para que la parturienta no se "raje" -literalmente- al momento del parto. No entraré en más detalles... pero para que noten lo delicado y agradable del tema), cesáreas y torturas medievales varias.
Luego se pasa a los pezones rotos, los pañales, los vómitos, las nanas...
No sería nada si te tocara presenciar esto de vez en cuando. Se entiende que sea tema para ellas. Lo terrorífico es que cada vez repiten sin parar las mismas historias, que ya te sabes de memoria (la misma cesárea con-lujo-de-de-ta-lles de una mujer que apenas conoces).
Así que la sacaste barata con las conversaciones sobre la ropa, los kilos o la comida, que escuchaste tú. Créeme, eso no es nada.

Y ya que estamos en el tema, suerte en el parto de tu señora. Para ella, digo, ya que como ella bien dijo, tú te la vas a llevar pelá en ese trance.
Saludos,

El que no aporta dijo...

Paola, ahora que lo menciona... Tiene todo de cierto. Pero, disculpe el purismo, el término me sigue pareciendo intragable.

Katy, suena aterrador. Y debe haberlo sido, si la forma de cura es la que propone.

Bbjaga, lo mío era en tono de risa, pero veo que a usted el tema la descompone de verdad. Mejor se inscribe en una sesión de hipnosis en el Buenos Días a Todos. A ver si se pone de acuerdo con Katy, cómo sabe, a lo mejor les hacen un descuento si van juntas.

Anónimo dijo...

No tenías que tomártelo tan en serio... Tengo ese problema parece, la gente se confunde.
Ah, ya sé, espera..... :-)

El que no aporta dijo...

Bbjaga, no me lo tomo en serio. Ni yo mismo me tomo muy en serio, de hecho. Así que difícilmente tomaré en serio a alguien más.
Nada de confusiones aquí, está clarito: tome rumbo al Buenos Días. Si no la curan con su hipnosis, seguro le dejarán un trauma con el cual reemplazar el de los procedimientos de parto.

Anónimo dijo...

Señor que no aporta nada:
Mis mayores respetos puesto que aunque tiene el tupe de hablar de todo lo malo del embarazo, esta al lado de su esposa y eso es lo mas importante. Yo recien acabo de tener una bebita, en mi caso fue una preocupacion porq era muy peque (solo peso 1.580 Kg) y lo mas importante era que ella creciera. Asi que por tal motivo, no crea en todo lo que le dicen y dediquese a vivir su experiencia, que se lo digo yo que tuve que aprender a vivir en carne propia como bañar a una recien nacida encima de una almohadita :S Suerte!!!