La culpa

22.6.07

Dicen que la conciencia ayuda a decidir en el momento de decir o hacer algo. La clásica imagen del angelito y el demonio, a ambos lados de la cabeza, tratando de inclinar la balanza hacia su lado. La imagen clásica de dibujos animados y películas, reinterpretada por Alberto Montt en la ilustración que acompaña este post.

Pero no importa cuánto uno lo piense, siempre está la posibilidad –incluso la certeza– de hacer lo incorrecto. La opción de que gane el de rojo y no el de blanco. Este último se retira, digno, para volver a la carga cuando las aguas se han calmado. Es entonces cuando aparece la culpa.

La culpa es una sensación terrible. Esa idea que ronda la cabeza, el no debería haber dicho esto o hecho esto otro, es insoportable. Dicen que es la conciencia, que remuerde. Yo no sé. Pero es desagradable sentirlo.

La gran mayoría de la población tiene conciencias –y sus consecuentes culpas– relativamente equilibradas. Es lo normal: que a veces gane el ángel y otras el demonio, en esa eterna lucha del bien y del mal. Pero existen también dos ejemplares dignos de reconocimiento: los culposos y los que no saben qué es sentir culpa. A continuación, una breve descripción de ambos casos.

Los culposos.
Los compadezco profundamente. Son aquellos que, no importa las buenas intenciones que hayan tenido, o incluso lo bueno de las acciones y sus resultados, siempre se sienten culpables de algo. ¿Hizo algo malo? Directo al infierno. ¿Hizo algo bueno? Directo al infierno también. Por qué, se preguntará alguien. Porque son culposos, ya está dicho. Es su culpa que eso bueno que hicieron no haya favorecido a más personas, o que para beneficiar a millones haya pasado a llevar a uno solo. Eso los condena.

Con estas personas no se puede entrar en razón. Da lo mismo los argumentos entregados, en ellos la culpa siempre será más fuerte.

Los sin culpa.
A estos no los compadezco, sino que los envidio. Van por la vida olímpicamente, cagándose a –y en– medio mundo, sin sentir nunca remordimiento (pregunta para la casa: ¿antes del remordimiento alguien sentirá mordimiento?).
Casos insignes son los obesos mórbidos que tragan ingentes cantidades de comida chatarra, y que lejos de sentirse mal por eso, lo disfrutan, y los alcohólicos anónimos y curados conocidos, que en medio de la caña del día siguiente comienzan a planificar el próximo carrete. Ya me quisiera yo una conciencia así.

Con estos ejemplares tampoco cabe discutir. No importa el argumento, ellos nunca habrán hecho nada malo.

Un tercer caso, a medio camino pero que no llega a constituirse en un personaje con culpa promedio, sino en un espécimen de museo, es lo que he denominado, con poca o nula imaginación:

Los pseudo culposos.
A estos personajes los envidio aún más que a los sin culpa. Ellos son, en realidad, personajes sin culpa pero con suficiente conciencia de lo que la falta de culpa genera en otras personas. Y por lo mismo, fingen culpa y/o justifican sus acciones con excusas que les parecen plausibles. Aunque la mayoría de las veces no lo sean.
Un caso emblemático es el de la mujer a la que “le llegó una platita”. Es la excusa que ella considera perfecta para explicar el Porsche nuevo, el viaje –crucero por las islas Griegas, un par de meses en Europa o algo equivalente–, o la nueva casa. La excusa es estrictamente cierta, pero no explicita que esa “platita” le llega todos los meses, habitualmente de inversiones heredadas o directamente de la cuenta corriente del marido.


Ya quisiera yo tener que fingir culpas como las de estos personajes. Por el momento, me quedo con la conciencia remordiéndome porque no he actualizado este blog todo lo que quisiera.

15 no aportaron:

Anónimo dijo...

culpa sentimos todos, y los que no lo hacen deberian sentirse culpables.

eso del remordimiento/mordimiento me lo he cuestionado por años y no he llegado a nada, debe ser algo así como cuando a uno lo reconvienen sin que le convenga o haya convenido eso alguna vez.

Anónimo dijo...

Señor no aportador
nada que aporte menos que la culpa
atte
madam

Anónimo dijo...

Se nota de que la madam esa butterfly es de esas personas que no siente culpa jamás.Vaya para ella mi mas rendida admiración.
Chapeau,madame.
Y cuando decida lanzarse a dar un curso de esos de autoayuda,cuente conmigo como su mas fiel discipulo.

Paulina dijo...

Yo me perdí por ahí en el caso emblemático. No tenía idea eso de las culpas... es un sistema terrícola o algo así?
Soy tan ignorante. Lo siento.

Ah! Ya entendí!

El que no aporta dijo...

Rod, no crea. Hay muchos que no la conocen ni de nombre.
Sobre el remordimiento, yo tampoco he llegado a nada. Seguiré tratando, en todo caso.

Madam, a veces un poco de culpa puede servir. El tema es que no hay cómo forzarla. Si no hay, no hay no más.

Major, así no más es la madam. Yo también me inscribiré cuando se decida a dar un curso al respecto, así que seremos compañeros.

Habitante casi Desplanetado, acá en la tierra se dan estas cosas. ¿En su planeta no? Suerte la suya...

Fran dijo...

MMHMHHM... y los culposos camaleónicos? Esos que tiene las tres reacciones: 1) Oh, no, no debería haberme comprado esas botas!!... 2) aunque en realidad, las puedo pagar con este pituto que me salió (y que reporta,por supuesto, un ingreso extra equivalente a solo el 15% de las famosos botas) y además necesito otro par de botitsa para este invierno, y por último (30 segundos después) 3)....que tanta cuestión, son solo unas botas!!Es más, me voy a comprar las negras, las cafés y las grises...

Saludos

José Miguel dijo...

La culpa es lo peor. HAce que incluso uno pueda sentirse mal entes de hacer algo, y si se ha recibido una fuerte formación católica, sufrir y recriminarse el doble
Respecto del remordimiento, en Chavo del 8 señaló al Profesor Jirafales que cuando un perro lo mordía varias veces, eso era remordimiento.

Anónimo dijo...

conozco casos de los tres... considero la más repugnante la tercera, aunque es más malvada la segunda.
yo pocas veces siento remordimiento... culpa sí, pero no me revuelco en mi falta.... me mandé una cagada... bueno, trataremos de arreglarala lo mejor que se pueda!!!!!
ojalá que su culpa lo lleve a escribir más a menudo.

El que no aporta dijo...

Fran, yo soy de ésos. No con las botas, claro, pero sí con tantísimas otras cosas. Siempre con el mismo resultado, por supuesto: la justificación absoluta.

José Miguel, buena explicación la del Chavo. Nadie como él para dilucidar los misterios de la vida.

Wanda, aunque la segunda sea más malvada, a ratos me gustaría ser así. Con mi culpa, no se ilusione demasiado: aunque no soy exactamente un especimen de la segunda clase, tampoco lo soy de la primera. Aunque a veces siento culpa, no alcanza a ser motor de nada. Al menos en mi caso, se trata de un sentimiento breve.

Katy Becker dijo...

señor que no aporta:

siento culpa de haberme aburrido con este post, me averguenzo de ser tan superficial, pero no puedo evitarlo, bah, acabo de sentir culpa por criticarlo, veo que su mensaje me llegó más de lo que sospeché, gracias por este instante de reflexión.

eternamente agradecida

katy
meapesta.blogspot.com

montt (el que no dibuja ni palitos) dijo...

estimado sr. que no aporta;

nuevamente mis más sinceros agradecimientos por estimular mi imaginación y reflexión. justifique en esta respuesta su orgullo.

sin embargo me temo que estaré forzándole a una insalvable y, probablemente, autodestructiva paradoja. el orgullo que puede suscitar mi disfrute debe entrar a batallar con la culpa que quizás pueda sentir (y apelo a su buena voluntad y buenas intenciones) obligándonos diariamente a sacar la vuelta, a evitar por todos los motivos el trabajo esperando una nueva invitación a reflexionar sobre los aspectos más relevantes...

por cierto,katy, felicitaciones por sus alabanzas a las más despreciables de las expresiones humanas: la mimo-logía
(y le invito a ver la expresión extrema de la mimo-logía en paris je t'aime)

muchos saludos(nuevamente).

Andrezor dijo...

Han escuchado alguna vez cuando alguien dice: "Uy... Yo, no me arrepiento de nada de lo que viví"

Eso me apesta mucho, generalmente lo dice gente que tiene la pura cagá en su vida.

Para mi la culpa, como tal, es normal. Es parte de la forma en que nos defendimos como todo ser viviente. Ahora hay culpables enfermizos, a esos, cuando ya es un asunto digno de análisis... Como que hay que hacerse a un lado mejor.

@micronauta dijo...

Hmmm. No es que carezca de culpa, pero es algo que con el tiempo he ido sintiendo cada vez menos. Estudiando un poco de psicología descubrí que la culpa es la única emoción que nos e empatiza, y creo que eso da luces acerca de lo enfermiza que es. No es que nunca la haya cagado, y no es que no haya sido mi responsabilidad, pero me he ido aprendiendo a perdonar, y eso hace la tremenda diferencia. Chile parece ser un país muy culpógeno, pero también tengo la sensación de que la culpa va disminuyendo con la edad, o sea inversamente proporcional a mi caso. Me gusta que la cosa vaya en esa dirección. Nunca he visto que la culpa sirva para algo. Y tu?

El que no aporta dijo...

Katy, veo que su reflexión es profunda. Tanto, que no me siento capaz de sumergirme en ella.

Montt, nada mejor que sacar la vuelta. Si quiere que sienta culpa por estimular dicho arte, vaya perdiendo sus esperanzas.

Andrezor, hay que tener un cargo de conciencia enorme para decir algo así. O ser muy caradura.

In.tuyo, es bueno eso de ir perdiendo las culpas, sobre todo en Chile, que como bien dice, es extremadamente culpógeno.

Sobre la utilidad, creo que un poco de culpa sí sirve para algo: para que seamos a veces un poco -y sólo un poco- menos cabrones con el mundo y la gente que lo habita.

Anónimo dijo...

Lamentablemente soy una persona culposa... entiendo lo inutil e insoportable de la sensacion de la culpa y estuve tratando de investigar un poco de ella, hace muy poco me di cuenta que tiene tomado todo mi sistema y no se como no lo veia... la cosa es que la culpa es inservible, te deja en un estado de inactividad o especie de depresion totalmente estupida y ridicula. Espero con un poco de tiempo empezar a tomar las riendas de mi vida y liberarme de este mecanismo de la mente que hoy practicamente me controla la vida. Llega hasta el punto que realmente si uno lo piensa con inteligencia no soy "culpable" pero mi mente siempre encuentra la vuelta que darle para sentir culpa. Tampoco soy una loca depresiva pero veo como mi vida esta controlada de esa manera... otro dia les cuento si pude sacarme un poco esto de encima