Frases reveladoras

3.4.07

Hay frases que, con sólo ser pronunciadas, revelan la personalidad de quien las utiliza. Que dejan en claro a cualquier observador medianamente entrenado las características del hablante. Por lo general negativas, claro. Son frases que nos hacen ver la luz, un destello que nos alerta sobre la verdadera y profunda naturaleza de quien está hablando.

Las frases reveladoras son recurrentes en el modo de expresarse de quien las utiliza. No es que, en un minuto de inspiración divina, a la persona en cuestión se le haya ocurrido la expresión. No señores, las frases reveladoras –por eso su calificación de reveladoras –son parte integrante de la personalidad de quien las utiliza.

A continuación algunas frases que, aunque fuesen pronunciadas solas, lanzadas al vacío, al borde del abismo y sin alguien que las escuchara, revelarían a quien las dice. Por lo mismo, evítelas. Salvo que califique en alguna de las categorías y, además, se sienta orgulloso de ello. Caso en el cual es usted una persona muy, pero muy rara. Por decir lo menos.

Lo importante es lo que va por dentro. Una frase que no se debe pronunciar por ningún motivo. Su sola utilización revela la fealdad –probablemente extrema, a veces de campeonato –de quien la dice. Además, remite a comerciales sentimentaloides de vino en caja, de esos en que se reúne la familia y, en su versión actualizada, el hijo hace llorar al padre. Por favor evítela, tanto como su variación de la belleza interior.

No es por ser pesado. Obviamente, a continuación viene una pesadez impresionante. Del tipo “no es por ser pesado, pero parece que no te miraste al espejo antes de salir”, o “no es por ser pesado, pero eres la persona más idiota que conozco. Y de lejos”. No la utilice bajo ninguna circunstancia, sólo revelará que es usted insoportable. Si siente que debe usarla, es porque no debe decir lo que va a decir. Y si lo quiere decir, es porque sí quiere ser pesado. Y en ese caso, no sea mentiroso. Es mejor ser un pesado asumido que un “pesadito”, tratando siempre de ser simpático, o menos pesado.

Puede sonar... Y por lo general suena. Es la clásica introducción que deja en evidencia la naturaleza misma de lo que viene a continuación. A saber: “puede sonar raro, pero me gusta comer fruta con mayonesa mientras veo Mekano haciendo la invertida”. Está bien, es raro –sobre todo lo de ver Mekano –pero la introducción era innecesaria. Aplica también para el puede sonar idiota (seguido de una gran idiotez), puede sonar asqueroso (seguido de algo que da ganas de vomitar), y tantas otras. En fin, casi cualquier adjetivo –siempre que sea negativo, nunca va a escuchar “puede sonar inteligente” –sirve luego de la muletilla famosa. Las variaciones aunque suene, aunque parezca, puede parecer, son igualmente desagradables.

Modestia aparte. Frase que precede a una autoalabanza descomunal. Algo del tenor de “modestia aparte, el único inteligente aquí soy yo”. Utilizada frecuentemente por pedantes, soberbios, fantasmas o como quiera llamarse a aquellos que carecen –temporal o permanentemente –de modestia. El sólo hecho de pronunciar alguno de ellos la palabra modestia aparece como una herejía. Cuando escuche esta frase, haga como el sabio Chavo del 8: tápese los oídos mientras repite sin cesar “no oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado”. Pare sólo cuando los labios del pedante hayan dejado de moverse, o cuando todos lo miren como si fuese usted un demente.

No es porque yo lo diga. Otra frase que revela en todo su esplendor al pedante, presumido, vano, fatuo, jactancioso, engreído. Es seguida indefectiblemente de una alabanza a su brillante idea. Simplemente repugnante, tanto la expresión como quien la utiliza. Aplique la misma medida del punto anterior, y desconfíe de la idea brillante. Si el autor la está alabando es porque nadie más lo va a hacer. Probablemente sea una idiotez.

4 no aportaron:

Alexandra dijo...

jajaja... me salve, no uso ninguna de esas frases

montt dijo...

sin ánimo de ofender,...............
Cada lector se imaginará el resto.

El que no aporta dijo...

Alexandra, suerte la suya. Lo que es yo, me he descubierto alguna vez usando esa de "no es por ser pesado...". Y muchas veces pensando que está de más, porque la verdad es que sí quiero serlo...

Montt, gran frase, que debe ir necesariamente acompañada por una cara que haga creíble tamaña mentira.

Anónimo dijo...

Modestía aparte, y pese a que puede sonar pesado, tengo que admitir que lo importante va por dentro. Y no es por que yo lodiga