Nuestras maravillas

23.4.07

Hace algún tiempo se está realizando a través de Internet una votación a nivel mundial para determinar las “nuevas siete maravillas del mundo”.

Para votar, hay un surtido de candidatos bastante dispar, entre los que destacan obras de arquitectura modernas como el edificio de la Ópera de Sydney o la Torre Eiffel. Hay también clásicos algo más antiguos, que se acercan un poco más a lo que personalmente considero como maravillas, como las pirámides de Gizeh, en Egipto, el Taj Mahal, el Coliseo, la Muralla China o la Acrópolis de Atenas.

Hay, eso sí, algunas “maravillas” que son, por decir lo menos, decepcionantes. La Estatua de la Libertad o el Cristo Redentor, por ejemplo, me parecen como metidos a la fuerza, como por hacer número. Al final, son un par de estatuas, para eso postulamos a Pedro de Valdivia o al General Baquedano de la plaza Italia. Una estafa.

Y por supuesto, cómo no, el candidato chileno: los moais de Isla de Pascua, gloriosos antepasados de Hotuiti. Los mismos que el padre de la ministra de Bienes Nacionales intentó –con ánimo pedagógico, claro– destruir.

Pero Chile es mucho más que algunas estatuas de rasgos algo duros mirando el mar. Mucho más que unos monos para recibir las frustraciones del progenitor de una ministra. En Chile hay muchas maravillas, sí señor. Aquí mis propios candidatos a ser las Maravillas chilenas, sitios de innegable atractivo para el chileno, que según muchos no desteñirían al lado de ninguna maravilla mundial. Pero que en realidad… Bueno, vote usted por la que prefiera, o simplemente proponga la suya.

El Morro de Arica. Sólo en Chile puede tener tanto valor una piedra. Al final, el morro no es más que eso: una piedra –grande, está bien, pero piedra al fin– a la orilla del mar. Y vamos dándole con la piedrecita famosa, con la bandera flameando en la punta, hasta con museo, que muestra la historia de la batalla. Sí, porque se la quitamos a los vecinos en sangrienta batalla, corvo en mano y tomando chupilca del diablo, esa mezcla de aguardiente y pólvora que, dicen, hacía invencibles a los rotos chilenos. No fueron pocos los que murieron en la lucha. Y todo por esa miserable roca. Y no son pocos los que han muerto después lanzándose –la mayoría de las veces con auto y todo– al mar desde la altura. Maravilloso, ¿no?

La Portada de Antofagasta. Otra piedra. Cualquiera diría que en Chile no tenemos piedras, que a cada piedra que aparece le hacen tanto chiste. ¿Cuál es la gracia de esta otra piedra? Que tiene un hoyo. En realidad, parece un arco. De fútbol, por ejemplo. En el mar. Ya. ¿Y qué más? Nada. De verdad. Pero la gente se saca fotos en el mirador, con la Portada detrás, como si fuera la gran cosa. Y sí, es una piedra grandota, que el agua la ha ido erosionando y bla bla bla, pero tampoco es para tanto. Salvo que uno se imagine clavándola, con certero tiro libre, en el ángulo, allá donde las arañas tejen sus redes. Y ni así.

El Salto del Laja. El equivalente nacional a las cataratas del Niágara, a Iguazú, al Salto del Ángel en Venezuela. En versión de bajo presupuesto, eso sí. Durante años tuvo la afluencia de público asegurada, gracias a su hermosura, el caudal de las aguas que caían estruendosamente al vacío, a su ubicación a un costado de la carretera y, por supuesto, a su famosa hostería. Pero los tiempos de bonanza han quedado atrás: la nueva carretera, con un simple pero letal bypass, dejó lejos del alcance del común mortal el famoso salto. Como si fuera poco, además de desviarse hay que pagar un peaje, todo para llegar a un salto que no es ni la sombra de lo que fue. El agua que cae es como si alguien hubiera dejado la llave corriendo un poco más arriba. Menos gracia imposible.

El Faro de La Serena. En una lista de maravillas no puede faltar una monumental obra arquitectónica. Y esta obra sin duda cumple con los requisitos. Aunque nunca he comprendido el atractivo que el Faro ejerce en la gente. Una torre insípida, que lo único que hace es proyectar un haz de luz. Fome. Pero para los serenenses es su máximo orgullo, sólo comparable a las papayas –símbolo inigualable de esta tierra– y todas sus formas: confitadas, en conserva, mermelada, jalea y un largo etcétera. Tan representativo es que, en el cada día más famoso Festival de La Serena, el premio es un Faro. Espantoso.

La Cruz del Tercer Milenio. Siguiendo con las monumentales obras, una de las más espantosas de la que se tenga noticia por estos lados. Ubicada en Coquimbo, algunos dicen que se debe a la eterna rivalidad entre esta ciudad y la aledaña La Serena, con su ya mencionado Faro. Como los clásicos futbolísticos entre papayeros y piratas ya no alcanzaban, los coquimbanos decidieron pelearle al Faro el honor de ser la obra más despreciable de la región. Y lo lograron con este verdadero adefesio que, además de horrible, tiene una ubicación que lo hace destacar todavía más. Lamentable.

El Falo de Machalí. Para cerrar la lista, obviamente tiene que aparecer una estatua o escultura. Me puse a pensar: todos nuestros obeliscos –que no son pocos, por lo demás– son insignificantes; en los monumentos a los próceres por lo general no corresponde el nombre con la imagen, y pasan cagados por las palomas; el Mapuche del Santa Lucía parece Sioux. Al final, llegué a una conclusión: la única escultura que merece ser declarada una maravilla es el tristemente célebre Falo de Machalí, obra de Mauricio Guajardo. Ese aparato sexual XXL, financiado por el Fondart, fue instalado –y desinstalado– en el pueblo de la Sexta Región, para terminar –según dicen, porque no me consta– en Rancagua. Perdonando el lenguaje, sólo en este país un pico de piedra puede generar reacciones tan destempladas, verdaderas campañas públicas para exigir el retiro de la escultura. Sólo acá pueden existir grupos como El Porvenir de Chile, que aleguen por la inhiesta figura. Disculpándome de nuevo, pico con ellos. Esa sí que sería maravilla.

11 no aportaron:

Anónimo dijo...

el viaducto del malleco, esa alta y larga maravilla, cada día más oxidadada y que, sólo gracias a la providencia divina, no se ha venido abajo.

Anónimo dijo...

señor no aportador
Toda la razôn tiene en su analisis, pero nada comparable al indio de nuestra plaza de armas, debo confesar que las veces que lo veo, me viene un afàn de terrorista tremendo, le pondria una bomba aunque me inmolara con ella cual taliban
atte
madam

Sacreblue dijo...

Me dio risa lo de las piedras ...Chile entero esta bañado en ellas ...y si nunca entendi que tanto webeo con la portada de Antofagasta ...

Te falto una gran maravilla , un "acierto" total para la armonia arquitectonica de Valparaiso ...esa que para contruirla se hecho abajo el clasico hospital de infantes .

El Congreso Nacional .

Siempre fantaseo con imagenes del pueblo porteño hechando abajo ese edificio ....

Anónimo dijo...

Don, iba a recordarle el horroroso congreso nacional pero don sacrebleu se me adelantò.Igual el indio es espantoso pero es mas chico.

Anónimo dijo...

Señor N.Q.A.
Me imagino, por su ignorancia, que usted no llega ni a los 25 años. Nada de erosión explica la Portada de Antofagasta. La historia fue que siendo de noche, un certero operador de cañones, allá por la guerra del pacífico estaba probando su puntería; apostó E°70,00 a qué le daba aesa gran piedra allá por antofagasta; sin embargo era de noche y al no tener visibilidad, le pidieron al farero de la serena que le iluminara; ganó los E° 70,00 y una portada en la prestigiosa "Gaceta Ariqueña", notable y desaparecido pasquín. De ahí el nombre "La Portada".
Le agradecería que se informe pues son estas tres locaciones en conjunto las que se conseiran una maravilla.

Anónimo dijo...

Ay Gato no aportador...cómo me he reido con estas reflexiones tuyas! Interesante lo de la Portada de Mister Anonimo. Domuméntese e informe a sus discípulas (entre quienes me encuentro) la exactitud de dicha historia, ya?
Maravillas en Chile hay muchas, qué duda cabe.
Un abrazo, Paola

El que no aporta dijo...

Wanda, el viaducto famoso... Se me había olvidado. Y la gente parando en el puente de los autos, algo más bajo, para mirarlo y sacar fotos, estacionandos en la mitad de la carretera. Ciertamente una maravilla.

Madam, toda la razón. Me pasa lo mismo. De sólo ver el indio, me viene la indiada.

Sacreblue, Chile es un país de piedras. Lo mejor sería agarrar todas esas piedras, irnos a Valparaíso y apedrear el Congreso hasta botarlo. En horario laboral, por supuesto.

Bocachoti, doña Sacreblue efectivamente se le adelantó.
Sobre el indio, es chico, pero feo. Podría aparecer algún estudiante de arte y, en una acción de ídem, robársela como la de Rodin. Pero sin devuelta.

Anónimo, tengo más de 25 años, pero cada uno de ellos ha estado consagrado a cultivarme en la inopia. Algún incauto profesor trató de sacarme de mi ignorante trinchera, sin resultados exitosos. Una recomendación: no lo intente, es tiempo perdido.

Su versión, aunque interesante, es parte del mito. Yo me inclino por otra:
Cuenta la leyenda que la forma de la Portada no se debe a los años de erosión de las olas, ni a un cañonazo de Eº70,00, sino a una bien regada noche de un gigante -en esta zona abundaban-, que luego de varias cervezas fue a desaguar su enorme vejiga contra la hasta entonces intacta roca. Fue tal la fuerza de su micción, que causó el efecto que conocemos. Dicen que por varias semanas la urea mezclada en el agua hizo incomibles los pescados y mariscos de la zona.

Paola, me "domumentaré" para informarle. Así después quedamos todos "domumentados". ¿Le parece?

Anónimo dijo...

repulsiva explicación... la de la micción.

Anónimo dijo...

Quizá fue el mismísimo gigante quien, tras la citada micción, dejó su falo expuesto a las inclemencias del tiempo, y tras años de erosión y demás se transformó en la famosa escultura expuesta en Machalí, gracias a los recursos del Fondart, que como buena institución gubernamental de (perdónese el lenguaje) pichulas y pichuleos saben.

El que no aporta dijo...

Wanda, repulsiva o no, es la versión que tengo... Por lo demás, ¿acaso usted no micciona? ¿Se tratará de un cuerpo glorioso?

Manolo, que no lo pille Wanda por ahí, mire que si le molesta lo de la micción, su comentario creo que la sacará de sus casillas.
Sobre el Fondart, más que saber de, es en sí mismo un pichuleo. ¿No le parece?

Anónimo dijo...

por mi parte yo voto por el pico.
lo que voy a decir no importa por que ya vote pero quiero recordar una escultura muy original que esta en la plaza de curico y es un indio tallado en el arbol más antiguo que pudieron talar ahi en la septima región
una chingadera enorme...