Los mozos, garzones o camareros, como quiera llamarlos, son sin duda una casta especial. Los buenos se mueven entre mesas casi pegadas con una facilidad impresionante. Llevan bandejas llenas de platos y vasos, sin que nada se caiga. Recuerdan –incluso sin anotar –hasta el último detalle de un pedido de varias personas. En resumen, un prodigio.
También los hay malos. Negligentes, displicentes, despreocupados, flojos, mal educados. Si se encuentra con uno, afírmese, que pueden ser terribles. Lo atenderán con mala cara, le traerán algo que no pidió y seguro lo harán pasar más de un mal rato.
Y entre los extremos se encuentra la gran mayoría, en el espectro intermedio, el clásico “del montón”, que no destiñe ni sobresale. Garzones con buenos y malos días, con pulso variable, con amabilidad fluctuante. Como cualquier mortal.
Pero si hay algo que tienen en común todos –o casi todos –los mozos de este país, es el lenguaje. Esos términos imposibles de escuchar en otra parte, esas preguntas que surgen espontáneas, con el único fin de cumplir de mejor manera su cometido. Expresiones insólitas, que han dejado descolocado a más de un extranjero que osó aventurarse en alguno de los tantos restaurantes, bares, cafés, fuentes de soda y locales de toda clase que se reparten por todo el país.
A continuación una guía con algunas, y sólo algunas, de las más notables expresiones de la jerga garzonil. Provecho.
Qué se va a servirse la dama. Frase con que infinidad de garzones reciben a cualquier mujer que llegue a sentarse a una de las mesas que atienden. ¿Y qué si la fémina en cuestión no es ni cercanamente una dama? No importa, el camarero no reparará en ello, o si repara, lo dejará pasar. Para él, todas son damas, incluso algunas que harían enrojecer a cualquiera con su comportamiento. Adicionalmente, y en casos severos de “damismo”, llegan a preguntar qué se va a servirse la damita. Que por supuesto no tiene más de 5 años. Pero ya es una dama en potencia, claro está.
Qué va a ser. La versión descortés de “qué se va a servirse”, es pronunciada por un garzón por lo general con mala cara, que mientras reparte la carta con una mano, con la otra sacude las migas que dejaron los comensales anteriores sobre la mesa. Obviamente, las migas van a parar sobre los clientes. Si se topa con uno de estos personajes, huya, puede hacer de su salida a comer la peor experiencia de su vida.
La porción. Detestable término para referirse al tamaño del plato. Utilizada frecuentemente para responder una pregunta totalmente diferente. Si se le ocurre inquirir sobre la calidad o frescura de un plato determinado preguntando, por ejemplo, “cómo está el arrollado”, no espere recibir un “fresco, señor”, “rico” o “muy bueno”. Más bien apréstese a que el mozo, con ese gesto como de agarrar una pelota en frente suyo, le diga que es una buena porción. Eso con suerte, porque no es infrecuente escuchar, acompañada del mismo gesto, es así la porción. La eterna dicotomía calidad – cantidad.
No le trabajamos. Seguro más de alguna vez lo ha escuchado. Se trata de una frecuente respuesta, que se escucha automáticamente cuando se pregunta por algo que no hay –ni habrá –en el local. El caso más común se da entre las bebidas gaseosas. Va uno y pide amablemente una Coca Cola para aplacar la sed, pero acto seguido viene la respuesta implacable del mozo, moviendo la cabeza: no le trabajamos la Coca. Tenemos Pepsi, Seven Up, Limón Soda, Crush. Y uno tenía que querer justo lo que no le trabajan.
¿Natural o helada? Pregunta simplemente insoportable, recibida cada vez que uno pide una bebida. Nunca he logrado entender cómo alguien puede tomarse una bebida “natural”. Es como tomar cerveza tibia, o comer empanadas de pino congeladas. Simplemente malo, cuando con la temperatura adecuada puede ser exquisito.
Me he informado al respecto, y en mis extensas investigaciones he logrado concluir que no son pocas las personas que presentan dolor de cabeza y/o muelas con los líquidos extremadamente fríos, lo que justificaría la pregunta. Quien no alcanza a ser justificada es Claudia Conserva diciendo por televisión que ya no sufre de dientes sensibles. Perdonen la digresión, pero el tema me hizo recordarla. Insufrible.
Cortesía de la casa. Frase que expresa la gratuidad de algún bien o servicio. Por lo general se refiere a un bajativo, del tipo menta frappé, manzanilla o bitter araucano. Me he encontrado incluso con algún local en que una de las opciones era un corto de pisco de 30º. En otros casos, la cortesía son los cafés y agüitas de hierbas. Eventualmente, y siempre en algún buen restaurante en que el servicio ha sido en extremo malo, la cortesía de la casa puede llegar a incluir los postres. Como para compensar el desastre que ha sido el resto de la comida, que por cierto seguro será carísima.
Frases a la carta
23.3.07
Etiquetas:
Reflexiones irreflexivas
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11 no aportaron:
"El cafecito,lo desea junto con el postre".
No se ilusione pensando que no será necesario endulzar su café con sacarina, siempre se lo traerán 10 minutos antes o 15 después, para los mozos el café y el postre son como el agua y el aceite, y no se le ocurra jamás pedir que junto a lo anterior le traigan la cuenta, pasará una triple rabia.
"¿cómo lo desea?" refiriéndose al punto de cocción, usualmente de un trozo de carne. Pregunta, además de mal planteada, innecesaria, ya que lo más probable es que reciba su "porción" 'pasada' o más cocida de lo que la pidió.
"¿Qué guarnición va a querer?" (sobre las papas fritas aceitosas, el arroz pegado, la ensalada mixta que siempre es 90% tomate, y otros). Me declaro en ignorancia sobre a qué país le copiamos el término (Argentina, pienso) o quién fue el creativo que lo inventó, pero siempre que lo escucho aquí me da ataque. Es como cuando te ofrecen una "Couc" (Coke) con una sonrisa de "Ve, yo también sé inglés", junto con una "Papaya" (Pap) o una "agüita de fantasía". Grande Chile.
El "Cánteme no más", cuando el mozo te pide que le describas la orden, también es hilarante. Yo le canto feliz, pero conozco a más de alguien que con una sóla nota es capaz de terminar con toda la clientela. Deberían tener más cuidado.
"sola" sin tilde. Eso pasa por postear tan temprano un domingo.
En Ecuador la bebida se denomina "cola", sea cual fuere su marca. Es decir, Fanta,Sprite, 7Up, Son COLAS y se toman heladas o temperatura ambiente.
Cero aporte!
Aladino, efectivamente el café nunca llega con el postre. Antes o después, pero nunca junto a. Un desastre. Se me hace como que esa manía lo revela a usted, ¿no? Es que no son tantos las que la tienen...
Wanda, así es. Y si insiste mucho en lo del punto, y que sea bien bien a punto, le va a llegar el bistec crudo, listo para ponérselo sobre el ojo morado. No vaya a ser cosa que se pase...
Fran, eso de la guarnición a mí me suena a argentino, ¿viste? Y me incluyo entre los que espantarían a la clientela si cantara. Pero tranquila, no canto.
Fran, se entiende lo de "sóla". Es que, como explicaron en el comando de un candidato cuando escribieron en miles de pancartas eso de "ahora te toca a tí (sic)", fue para enfatizarlo. En fin.
Montt, esa curiosidad no la sabía. No la entiendo, tampoco. Pero bueno, si alguna vez voy a Ecuador, lo recordaré.
Por último, un no aporte extranjero: el equivalente mexicano de "natural". "Al tiempo", dicen ellos. Me gusta, hasta cierto estilo tiene, ¿no?
Se me olvidaba una que escuché esta semana:
"Si desea le puede incorporar alguna salsa".
El deseo ya es mucho, pero ¿incorporar? No hay salud.
...Por ser, tenemos Chilena, surtida, papas mayo, palmitos y fondos de alcachofa, son de tarro si ah?....
Eso sería...
Señor Varas, el gusto por las ensaladas... envasadas.
Me hizo recordar la "vitamina de naranja". ¿Qué diablos es eso?
yo me pregunto que sera del "jurel tipo salmon" es un pez en extinción??? hablando de envasados y se me viene a la mente que es eso de la musica envasada??? pero eso ya es otro tema...
Una vez me ofrecieron "pescada", entonces le pregunte al Mozo "cómo es la pescada?" y luego de pensar un instante me respondió: "Um.. bueno .. la pescada es ... un pescado .. muy rico". El local estaba adornado (o iluminado) con cráneos de vaca en cuyos ojos se habían puesto ampolletas de colores. Picada en Concón "la capital gastronómica de Chile".
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